22 de enero de 2025
QUILMES EN EL RECUERDO! PIC-NICS!
Foto: Pic-Nic blanco, celebrado en el Chateau Perry en Quilmes. “Los calores de la estación sacan a las gentes del ahogo lento de las mansiones estrechas y las empujan a las afueras, a los espacios abiertos al cielo, donde la brisa de los campos llega, aunque ya desfallecida, incitante y agradable, todavía con sus aromas acres. Las umbrías de los arbolados atraen. Los álamos, las acacias, los paraísos, los pensativos sauces, los risueños plátanos, son, bajo el tórrido sol, otras tantas fuentes de oxígeno, misericordiosamente abiertas por la naturaleza para refrigerar y llevar estimulantes sanguíneos a los pulmones cansados de la ciudad febril. Y cuando se ponen en fila, y las filas se aparean y se multiplican, y forman bosques, y la sombra fresca se extiende sobre la hierba que el sol ribetea y esmalta con puntos de oro, filtrando por los breves espacios abiertos, entonces es el árbol como nunca el gran hospitalario, y hacia su protectora vecindad van las gentes en caravana para farandulear a su gusto, bajo la vasta protección de los follajes verdes, merendando con el inevitable apetito que abren los ejercicios sanos y al aire libre. A esto le llaman pic-nic… nombre que resulta lindamente onomatopeico, pues da la idea de andar a saltitos, lo cual deja entender que se anda así por broma, pues los hombres no nacen trabados de pies como los chingolos y otros pájaros. La premura con que el verano se ha venido, aplicando verdaderos cáusticos de brasas sobre Buenos Aires, ha producido un amable florecimiento de este género de diversiones campestres. Todo el mundo se convida para salir a tomar aire fresco y gozar un día de desahogo bajo las arboledas. Las romerías españolas en el Tandil, los brillantes pic-nics de Lobos y Quilmes, han llevado numerosas caravanas a las alegres juegas. Los bosques de Palermo cobijan todos los días, algunas familias en expansión, algún grupo de amigos de buen humor que van a comer en mangas de camisa. Verdaderamente, es gran cosa para el organismo un baño de naturaleza, siquiera sea medio hechiza y convencional como la de los parques urbanos! El personal de Caras y Caretas salió también el domingo pasado a merendar en el magnífico bosque de Palermo, contribuyendo el día a nuestra modesta expansión casera con una temperatura soportable, que bajo los árboles y con ropa liviana, resultaba deliciosa.” Foto: Pic-nic en Lobos, quinta de Piñeiro, en obsequio del doctor Mármol. Revista Caras y Caretas, 13 de enero de 1900, número 67, página 30, Buenos Aires, Argentina.