8 de agosto de 2018

La parroquia San Cayetano de Quilmes Oeste celebró sus fiestas patronales: Miles de fieles se acercaron a pedir y agradecer al Santo patrono del Pan y del Trabajo

El Obispo Auxiliar de Quilmes presidió la misa de las 00 en el Santuario de Berazategui (Calle 151 Nº 663 entre calles 6 y 7, Berazategui), a las 15 rezó la misa en Quilmes Oeste (Mosconi 21, Quilmes Oeste), y a las 19 lo hizo en San Cayetano de Florencio Varela (El Gaucho 499, Florencio Varela). 
El Obispo Margni se hizo eco del comunicado de la Vicaría de la Solidaridad del Obispado de Quilmes y resaltó su preocupación por el fortalecimiento de la crisis económica y social en el que “el sistema económico pone a las riquezas por encima de la vida de las personas (...) donde el recurso al Fondo Monetario Internacional nos somete a un feroz ajuste económico”. También manifestó su inquietud frente pérdida de valor de los ingresos de los trabajadores, los aumentos del transporte y de la canasta básica, y la intranquilidad por la creciente amenaza de despidos. 
En sintonía con el comunicado, Monseñor Margni también mostró preocupación porque “la suerte de los jubilados se torna dramática después de la reforma previsional (...) y la insinuación de recortar la Asignación Universal por Hijo (AUH), para cumplir con las metas del FMI, despierta la alarma en la población más vulnerable” El Padre Maxi, como se lo llama cariñosamente en la Diócesis de Quilmes, recordó a Sandra Calamano y Rubén Rodrígúez, docente y auxiliar de la Escuela N°49 Nicolás Avellaneda de Moreno, respectivamente, que fallecieron la semana pasada a causa de una explosión de gas. Y lamentó que “la muerte quiera ganar la batalla en un proyecto de ley que busca instalar el aborto como solución simple a problemáticas complejas que merecen mayor compromiso y responsabilidad”. 
Sin embargo, el Obispo Auxiliar de Quilmes invitó a tener a una mirada esperanzadora: “Lejos de la resignación, pedimos al Santo Patrono del Pan, de la Paz y del Trabajo que nos dé consuelo y renueve nuestra esperanza. Y ponemos nuestra vida en las manos del Padre Dios, renovando nuestro compromiso con la vida del pueblo”, e invitó a buscar con San Cayetano equidad y paz: “Nada lograremos como pueblo, ni como iglesia si estamos divididos. 
La comunión es un rasgo indispensable en las resistencias, unidad que no es uniformidad. La Iglesia ha de profundizar su capacidad de alojar a todos, sin discriminación en la búsqueda de la verdad sincera.” Marcelo Margni cerró “para ‘la violencia’ ni una palabra, porque es el veneno que mata a los pueblos, y queremos vida para todos. Siempre nuestro canto entonará la Paz.”